
Cuando leáis este artículo muchos y muchas de vosotros/as estaréis disfrutando de unos días de vacaciones que, sin duda, serán más que merecidos. Otros y otras esperaremos hasta el jueves santo para poder descansar durante cuatro días de la rutina de nuestro trabajo y los horarios. Por supuesto, que hay personas que trabajan los días festivos, diversos profesionales y trabajadores por turnos.
Sin embargo, quiero referirme aquí a ciertas personas que supuestamente están de vacaciones pero a las que no les dejamos descansar porque en estos días tienen que seguir trabajando. Me refiero a los estudiantes, niños y adolescentes. Lamentablemente, algunos profesores y profesoras siguen pensando que estos jóvenes no tienen derecho a descansar en vacaciones y aprovechan estas fechas para mandarles hacer trabajos, lecturas de libros y preparar exámenes para el mismo lunes 17.
A algunos y algunas de estos chicos y chicas los conozco, vienen a consulta para que les ayudemos a soportar el estrés que les producen los exámenes, la ansiedad que no les deja dormir por la noche o comer durante el día, o que los lleva a comer compulsivamente y después sentirse culpables por todas las calorías ingeridas y por no tener el aspecto físico ideal que nuestra querida sociedad les exige a través de todos los medios de comunicación y redes sociales.
¿Podemos dejar que estos jóvenes desconecten de sus tareas cotidianas, de sus estudios y sus libros y simplemente salgan a disfrutar de esta primavera, de sus amistades, de sus familias?
Más allá de la eterna discusión sobre si deberes sí o no, que podemos dejar para otro artículo, ahora lanzo otra pregunta: ¿Vacaciones, sí o no?