Sal de tu zona de confort

  • 29 marzo, 2017

Soy “Coach”. Últimamente salen coach por doquier. Me planteo poner una tienda de coach… Se lo preguntaré a mi coach. Aunque no sé si al coach empresarial, emocional, personal, económico, corporal o vivencial o, coach sentimental o emocio-social, cognitivo-económico-empresarial o empresario-emocio-familiar… Estoy confuso, pero seguro que un licenciado en derecho, un economista en horas bajas, un periodista, un doctor en mundología o un no sé muy bien  qué… con cursillo de fin de semana o de instituto “sacadineros” a 200 € al mes durante un añito, podrán darme unos pensamientos creativos, positivos, mágicos, emprendedores, potentes e infalibles para triunfar sobre los mortales que estáis leyendo este artículo. Por no nombrar a los coach sexólogos, psiconosecuantos, cuentacuentos vivenciales u otros intrusos. La psicología, la salud emocional, los pensamientos, las emociones y otros fenómenos no son exclusivos de los psicólogos. Pero extraña oír vendedores de experiencias vividas como solucionadores de problemas ajenos, gente que han decidido sacar partido a su desgracia a través de la desgracia ajena, eso sí, disfrazada de ideas brillantes y fortudas que ni ellos fueron capaces de aplicarse pero que venden libros bajo el titulillo de soluciones infalibles. Amigos de lo ajeno. Es evidente que no tienen la formación suficiente para conocer  que las emociones NO SON UN JUEGO. Tratar con personas que sufren NO ES UN JUEGO. Oye bien coach… no vendas soluciones de libro. Tu inspiración es maravillosa, pero es sólo tú inspiración. Lo diré de una manera más clara: puedes hacer mucho daño, fórmate en la salud emocional más allá de best seller al uso. Iluminados por sus enseñanzas vitales son muy pocos, aprovechados de sus circunstancias demasiados. ¿Periodistas que predican psicología y empresa sin ser psicólogos o empresarios? El mundo al revés. ¿Un zapatero que trate úlceras y practique intervenciones a corazón abierto?