SER PADRE TODOS LOS DÍAS

  • 15 marzo, 2017

Se acerca el día del padre y a pesar de lo que nos quieran vender, ser padre al igual que ser madre, es un camino lleno de dudas, de problemas  y de incertidumbre. También lleno de cosas buenas, no hay duda.

Muchas veces, encontramos a padres y madres que nos cuentan que ellos elogian constantemente a sus hijos e hijas, que les dicen lo buenos que son en esta o aquella habilidad, lo guapos, lo listas o lo graciosas que son…. Sin embargo sus niños no parecen tener un buen concepto de si mismos.

Confundimos autoestima con “heteroestima”. La autoestima tiene que nacer de la propia persona, no nos sirve que nos digan lo que valemos si no somos capaces de verlo por nosotros mismos, por nosotras mismas.

Algunas maneras de potenciar la autoestima de nuestros niños y niñas pasan por ver cómo lo pasan mal y resuelven sus propios problemas, por dejarles tomar decisiones y equivocarse, por indicarle aquello que hace mal y por dejarles tener sus propias ideas y opiniones, aunque sean contrarias a las nuestras. Por aguantar nuestro propio dolor al ver el de ellos y ellas.

No quiere decir esto que no podamos educarles, instruirles y expresarles nuestras opiniones y formas de ver la vida, pero a veces los padres, las madres, tienen demasiado miedo del daño que puedan recibir sus hijos e hijas si les dejan volar; de la tristeza si pierden; de la frustración si se equivocan, del miedo si se arriesgan… y les privan de la mejor de las enseñanzas: la de ser capaz de conocerse, gestionar sus emociones –buenas y malas−  y finalmente, amarse.

Porque es bien sabido que sólo podemos amar aquello que conocemos, demos la oportunidad de conocerse a fondo a aquellos y aquellas a los que más queremos, nuestros hijos e hijas, ofreciéndoles siempre nuestro amor incondicional.