Llegan las vacaciones de verano, los niños las empezaron hace unas semanas aunque, lamentablemente, muchos de ellos, debido a las obligaciones laborales de sus padres, siguen acudiendo a sus centros escolares o a otros para “las escuelas de verano”. Este eufemismo sirve para nombrar lo máximo que se está dispuesto a hacer desde las instituciones por conciliar la vida laboral y familiar. No son capaces de cambiar horarios ni ajustar vacaciones y a lo máximo que se puede optar es a seguir buscando guarderías, escuelas de verano, campamentos, etc. donde puedan estar nuestros hijos e hijas mientras los padres tenemos que seguir cumpliendo con nuestras jornadas laborales a pesar del calor y de nuestro deseo de pasar más tiempo con nuestros hijos.
Y por si fuera poco, algunos de estos menores también “tienen que” realizar cuadernos de verano, o ejercicios recomendados por sus profesores, para repasar lo que supuestamente ya han aprendido y estudiado durante el curso. ¿Se imaginan que sus jefes les mandaran “tareas” durante las vacaciones para que no se olviden de lo que ya han aprendido en sus trabajos?
El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define “vacación” como descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios.
Procuremos que estas vacaciones realmente sean un descanso de nuestras actividades habituales y que aprovechemos para salir de nuestras rutinas, para hacer cosas nuevas, y, sobre todo, para descansar, disfrutar, reír, jugar, amar. Y compartir todo esto con nuestros seres queridos. ¡FELICES VACACIONES!