TDAH

  • 14 septiembre, 2017

Comienza el curso, los niños y las niñas se aprestan a ir a los colegios. Quienes comienzan la primaria, se enfrentan a un reto de exigencia creciente. Hasta ahora el colegio, en el mejor de los casos, le ha servido para socializar y aprender a través del juego pero ahora se les van a exigir “resultados”.

Nuestro sistema educativo, durante el primer curso de primaria exige a los niños y niñas que aprendan a leer, que comiencen con las operaciones matemáticas y que presten atención a un montón de nuevos conocimientos que conformarán el currículo del curso.

Es en este curso cuando se comienzan a “detectar” la mayoría de los casos de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y en muchos casos a medicar a niños y niñas que no llegan a cumplir los estándares establecidos, por comparación con la mayoría de los niños y niñas del grupo clase.

En los últimos años hemos visto crecer los diagnósticos de este tipo y la consiguiente medicalización de nuestros pequeños y pequeñas que, probablemente, sólo necesitarían un poco más de tiempo y entrenamiento para que su atención se desarrollara adecuadamente.

Nos corresponde como madres y padres decidir si lo que queremos para nuestros hijos e hijas es que quepan en el estrecho molde que se nos impone desde la administración educativa a costa de su propia salud física y mental, o preferimos que se desarrollen a su propio ritmo y sean felices.